En Latinoamérica las principales ciudades cuentan con un alto índice de contaminación y como fue publicado por Medscape en Español anualmente hay 3,7 millones de muertes prematuras por contaminación del aire de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo al último reporte de la IARC el cáncer de pulmón (en conjunto con cáncer de próstata, mama, cervicouterino, colorrectal y de estómago) forma parte del 49% de las muertes en Latinoamérica.[1]
El Dr. Paulo Saldiva, director del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de San Pablo (IEA-USP) y parte del grupo de 23 científicos que en 2013 estudió la plausibilidad que la contaminación del aire fuera colocado como cancerígeno platicó con Medscape en Español sobre los retos ante este tipo de cáncer.
La revisión de los estudios epidemiológicos por parte del grupo de investigación incluyó únicamente resultados provenientes de estudios de cohorte de larga duración y dio lugar a la declaración de que existe evidencia (1A) de que la contaminación del aire es un agente causal del cáncer de pulmón. "Las evidencias permitieron colocar a la contaminación del aire en la misma categoría que amianto y tabaco", refiere el Dr. Saldiva.[2]
Para otros tipos de cáncer, la bibliografía registra sospechas, relatos de casos, estudios indirectos o con nivel menor de evidencias. "Pero hoy en el aire de San Pablo hay valores de benceno arriba de lo recomendable. Y se sabe que es causador de linfoma y leucemia", menciona y agrega que el formaldehido, proveniente de la combustión del Diésel, está asociado a enfermedad del tracto respiratorio. "Los estudios sobre campos electromagnéticos fueron no concluyentes".
El riesgo de desarrollar cáncer de pulmón es de 1,08% por cada 10 microgramos de partículas finas por metro cúbico de aire. El peor escenario se ve en los subgrupos, si el individuo fumó antes, el riesgo en vez de ser 8% es 44 % (por cada 10 microgramos de partículas finas).
"Buenos Aires y San Pablo tienen una media cercana a los 30 µg/m3, México oscila cerca de los 40 µg/m3. O sea, cuatro veces 8, da 36% en relación a su riesgo individual. Dentro de los tipos de cáncer, el riesgo de desarrollar adenocarcinoma es 48%, mucho mayor que para el cáncer de células escamosas".
Sin embargo, lo más frustrante para el Dr. Saldiva es pensar que no hay protección individual, ni la va a haber. "Importar el concepto de medicina del trabajo para la ciudad no va a funcionar, porque el filtro eficiente, aquel que frena partículas de 2,5 micrómetros, y la parte gaseosa, tiene una pérdida de carga alta y por lo tanto no se consigue respirar mucho tiempo. Los barbijos que se ven en la calle tiene apenas valor simbólico". La recomendación individual, se limita a informar a los que viven sobre corredores de tráfico que lo que protege del ruido, protege la contaminación.
El Dr. Saldiva recientemente participó en una plenaria del Consejo Regional de Medicina, en San Pablo, donde dio una conferencia[3] en la que: "Fui a llamar la atención para los nuevos desafíos ambientales".
En la visión del Dr. Saldiva, uno de los problemas básicos es conceptual. En Latinoamérica, los problemas ambientales solo son considerados por los profesionales de la salud si las enfermedades son transmitidas por agua o por insectos.
"Estamos todavía en los tiempos de Osvaldo Cruz y la reforma sanitaria. Los problemas se resuelven con vacunas o con ingeniería sanitaria. Pero hoy tenemos otros problemas que vienen de la modernidad, y los médicos tienen que ser ocupar de eso. Si no lo hiciéramos, es como si frente al tabaquismo nos limitáramos a aumentar los cargos de cirujano torácico y oncólogos de los hospitales. Hay que ir más allá".
Con el tabaco se desconstruyó la imagen de seducción e independencia asociado al producto. Lo mismo debe hacerse, propone Saldiva, con los sistemas de transporte.
El médico tiene una ventaja, es muy respetado, su mensaje tiene buena capilaridad. "Es necesario que aborde estas cuestiones, y coloque en la anamnesis las formas de vivir de sus pacientes, donde vive cuanto tiempo está viajando inhalando dosis de contaminantes. La disminución de la contaminación necesita de políticas públicas, y los profesionales de salud deben ser más activos, opinar, participar del debate sobres energías y formas de transporte, investigar más para producir el mejor conocimiento, discutir los conflictos éticos y las consecuencias económicas, dar las bases científicas para los litigios como ocurrió con el tabaco.
La conciencia de los médicos, en la visión del Dr. Saldiva, está mejorando. Hoy el tema medioambiental tiene aceptación, y el conocimiento ya es suficiente. "Esto se resuelve solo con cambios de valores", reflexiona. "¿Mientras tanto? Cuando voy en bicicleta, me paro atrás del auto eléctrico, si no hay elijo el de etanol, y en tercer lugar me pongo atrás del de gasolina. Y trato de estar siempre bien lejos del de diésel".
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Citar este artículo: Aire contaminado como factor de riesgo para cáncer de pulmón - Medscape - 22 de nov de 2016.
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