Diferencias cerebrales pueden ser el objetivo de tratamientos novedosos del TDAH y del TOC

Liam Davenport

Conflictos de interés

30 de junio de 2016

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que las personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) tienen anomalías cerebrales específicas del trastorno, y anomalías funcionales y estructurales diferenciales en comparación con personas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

El metanálisis basado en vóxel (VBM) de los estudios de imagen del cerebro mostró que los pacientes con TDAH tienen las áreas prefrontal e insular más pequeñas y con menos actividad, mientras que en los pacientes con TOC dichas áreas cerebrales son más grandes y activas y, de hecho, pueden estar peor reguladas por la corteza prefrontal medial.

Liderados por la Dra. Katya Rubia, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencias, del King’s College, en Londres, Reino Unido, los investigadores señalan que "existen biomarcadores neuroestructurales y neurofuncionales estriados y frontales distintivos para ambos trastornos, que pueden tener implicaciones para el diagnóstico y tratamiento diferencial en el futuro".

Además de ofrecer la posibilidad de hacer el diagnóstico diferencial entre TDAH y TOC, "los biomarcadores neurofuncionales específicos de trastorno son además dianas terapéuticas útiles de fármacos dirigidos a dichas áreas o para tratamientos no farmacológicos como la neurorregulación basada en RMf, la estimulación cerebral o el entrenamiento cognitivo de funciones mediadas por dichas áreas".

La investigación se publicó en versión electrónica el 8 de junio en JAMA Psychiatry.

Una reducción en la sustancia gris

Para examinar las anomalías estructurales y funcionales en pacientes con TDAH y TOC, el equipo llevó a cabo una búsqueda bibliográfica en las bases de datos PubMed, Science Direct, Web of Knowledge y Scopus sobre estudios de resonancia magnética funcional (fMRI) y morfometría cerebral total basada en vóxel (VBM) en niños y en adultos con estos trastornos y en controles.

Los investigadores realizaron un metanálisis mediante vóxel del volumen total de sustancia gris cerebral para evaluar diferencias mediante la fMRI entre TDAH y TOC utilizando mapeo-d basado en Seed. Se evaluaron las anomalías estructurales y funcionales regionales en todos los pacientes. Después hicieron una comparación cuantitativa entre dichas áreas y las áreas correspondientes en los controles.

En total identificaron 27 conjuntos de datos VBM TDAH en 931 pacientes y 822 controles y 30 conjuntos de datos VBM TOC en 928 pacientes y 942 controles. La investigación también identificó 33 conjuntos de datos de fMRI TADH en 489 pacientes y 591 controles y 18 conjuntos de datos fMRI TOC en 287 pacientes y 284 controles.

El análisis reveló que los pacientes con TDAH tenían anomalías estructurales y funcionales multimodales en la ínsula/ganglios basales bilaterales derechos e izquierdos con disminución significativa del volumen y de la actividad de la sustancia gris en comparación con los pacientes con TOC y los controles (p < 0,001 para todos). Por el contrario, los pacientes con TOC presentaban un aumento de volumen y de actividad en los ganglios basales e ínsula (p < 0,001).

En pacientes con TDAH, se observó una actividad baja específica de trastorno en la corteza prefrontal ventrolateral y en áreas relacionadas (p < 0,001), mientras que en los pacientes con TOC se observaron descensos específicos de trastorno en la estructura y en la actividad en la corteza prefrontal medial y en el área del cíngulo anterior rostral y dorsal (p < 0,001).

Los investigadores observaron también que ambos grupos de pacientes tenían menos volumen de la sustancia gris en la corteza prefrontal ventromedial en comparación con los controles (p < 0,001).

Extremos opuestos del espectro

La Dra. Rubia señaló que existe "una comorbilidad de 30% de TDAH y TOC, pero ningún estudio ha investigado el grupo comórbido".

Declaró a Medscape Medical News que "debido a que presentan anormalidades opuestas, la principal pregunta es ¿qué sucede en los que tienen tanto impulsividad y compulsión?".

Añadió que "además, desde una perspectiva conductual, la impulsividad y la compulsión son los extremos opuestos de un espectro. Uno es muy impulsivo o muy compulsivo, pero es interesante que en el plano clínico puedan coexistir, por lo que un niño puede tener síntomas obsesivos y al mismo tiempo es inatento y compulsivo".

A la vista de estos hallazgos, la Dra. Rubia cree que lógicamente, el siguiente grupo de estudio incluirá a aquellos pacientes que presenten comorbilidad TDAH y TOC.

Añadió que no conoce estudios que hayan evaluado este tipo de pacientes y hayan examinado las anomalías cerebrales en estas personas.

Un aspecto interesante de los hallazgos es que confirman el fundamento de las distintas opciones terapéuticas para el TADH y el TOC.

Afirmó que "la medicación estimulante es muy efectiva para el TADH. Es el mejor fármaco disponible en psiquiatría – 70% de los niños con TDAH mejoran si toman estimulantes. Pero si se administran estimulantes a pacientes con TOC, empeoran, por lo que nuestros hallazgos coinciden con este concepto".

Los hallazgos de este estudio pueden mostrar el camino para opciones terapéuticas novedosas para estos dos trastornos.

La Dra. Rubia añadió que "hasta ahora, por ejemplo, estamos haciendo neurorregulación fMRI en TADH, mediante la que enseñamos a regular esta corteza prefrontal derecha con poca actividad, sobre todo en comparación con el TOC".

También señaló que dado que los hallazgos en el TOC indican que existen anomalías en la corteza frontal medial, "propondría un tratamiento mediante neurorregulación, por ejemplo, para potenciar está región frontal medial, y después se incrementa el control ascendente-descendente en los ganglios basales con actividad alta".

¿Cuáles son las implicaciones clínicas? 

En su comentario de los hallazgos para Medscape Medical News, la Dra. Pamelynn Esperanza, profesora de psiquiatría de la División de Psiquiatría Infantil y del Adolescente, en el Hospital Presbiteriano de Nueva York y del Weill Cornell Medical College, de Nueva York, explicó que "puede ser difícil extrapolar los hallazgos estructurales a la eficacia terapéutica".

"Sin embargo, el hecho de que los autores encontraran anomalías cerebrales estructurales y funcionales específicas de cada trastorno puede ayudar a explicar por qué el enfoque terapéutico estándar de estos trastornos suele ser diferente".

A la pregunta sobre las posibles anomalías cerebrales en personas con trastornos concurrentes, la Dra. Esperanza declaró a Medscape Medical News que "el estudio evaluó diagnósticos relativamente puros de TADH o TOC".

No obstante, añadió que "es posible que una anomalía en una red que provoca el TADH pueda aumentar también la probabilidad del TOC, o viceversa, lo que explicaría cómo puede contribuir también a la comorbilidad la dirección de las anomalías en la red específica de cada trastorno".

La Dra. Esperanza cree que estos hallazgos pueden ayudar a los médicos clínicos a determinar el tratamiento más apropiado para los pacientes.

"Aunque los cambios conductuales son el criterio de valoración final para evaluar la eficacia del tratamiento, en ocasiones los cambios conductuales tardan mucho tiempo en manifestarse con un tratamiento psiquiátrico determinado.

Afirmó que "saber que un tratamiento específico va dirigido (o no) a una red cerebral puede ser muy útil para elegir entre tratamientos alternativos. Por consiguiente, es posible perfeccionar un tratamiento para aumentar su capacidad de actuar en dicha red".

La Dra. Rubia ha declarado que ha recibido honorarios por realizar presentaciones para Lillly y Shire, y financiación mediante una beca por parte de Lilly para la realización de otro proyecto.

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