Nota del editor:
Las mascotas son una parte importante de muchas familias y a los pediatras a menudo se les pregunta sobre los pros y los contras de los animales para los niños de todas las edades. Aunque múltiples estudios en el curso de los años han documentado beneficios de las interacciones humanas-animales para la salud, gran parte de esta investigación se ha llevado a cabo en adultos más que en niños. Sin embargo, en un estudio reciente,[1] publicado en Preventing Chronic Disease, se analizaron los efectos de tener un perro sobre la salud en un grupo de niños de edad preescolar y escolar, y se llegó a la conclusión de que los niños cuyas familias tenían perros mostraban una reducción estadísticamente significativa en la frecuencia de ansiedad. Medscape habló con la Dra. Anne M. Gadomski, MPH, investigadora principal en este estudio y le pidió que resumiera la evidencia actual que aborda esta pregunta importante: ¿Pueden representar las mascotas una estrategia importante para promover la salud mental y física en los niños?
Niños: la población no bien estudiada
Medscape: ¿Por qué no se han analizado en forma más rigurosa en poblaciones pediátricas los efectos que tienen la interacción con animales sobre la salud?
Dra. Gadomski: Los estudios sobre la interacción humana-animal se han realizado en niños y adolescentes, pero en su mayor parte en otros países, por ejemplo, en Reino Unido, otros países de Europa y en Australia. En Estados Unidos no se ha estudiado mucho. La excepción es en las disciplinas de la psicología. Gail Melson, de la Universidad Purdue y otros, han realizado muchas investigaciones con respecto a la forma en que los perros como mascotas afectan a los niños desde un punto de vista socioemocional.[2] La otra perspectiva sobre esto, que no está relacionada con las mascotas, es la terapia asistida con animales (AAT). La AAT se relaciona con los efectos terapéuticos que los animales pueden tener en los seres humanos y se utiliza en el campo de la psicoterapia. Boris Levinson es un fundador de la AAT.
¿Por qué los estudios se han realizado principalmente en adultos? Es más fácil estudiar a los adultos, pero estamos omitiendo algunos efectos importantes en los niños pequeños. He sido pediatra e investigadora de la salud infantil durante más de 30 años y en este periodo he estado impresionada por la importancia de las mascotas en la vida de los niños. Una de las primeras palabras que los lactantes dicen es el nombre de la mascota de la familia. Los padres se disgustan un poco cuando su niño dice primeramente el nombre de la mascota de la familia antes de decir "mamá" o "papá". Sin embargo, este es un hecho real. Los niños aprenden mucho de sus mascotas. Se refieren a ellas como a amigos o miembros de la familia. Es un campo de investigación interesante, aunque no está bien explorado en Estados Unidos.
Las mascotas y la salud de los niños
Medscape: La mayor parte de la investigación parece ser en el campo de las ventajas que para la salud conlleva el tener mascotas. ¿Podría explicar lo que se sabe acerca de los efectos de tener mascota sobre la salud física?
Dra. Gadomski: Sabemos que los adultos que tienen perros los pasean y pueden formar un intermediario entre la actividad física y los resultados en el peso corporal o la enfermedad. Es por esto que la American Hearth Association[3] y el Centers for Disease Control and Prevention (CDC) han recomendado tener un perro para favorecer más la actividad física de un adulto, lo que a su vez puede evitar las enfermedades cardiovasculares. Y aunque pasear un perro tiene ventajas para la salud, también plantea las oportunidades para aumentar la interacción social. Sacar al perro es un imán para la conversación o la interacción con otras personas. Muchos factores influyen en qué tanto los amos pasean a sus perros, de manera que pasear a los perros puede tener resultados variables.
Tener un perro ha mejorado la actividad física de los adultos en algunos estudios,[4,5] pero se sabe menos a cerca de la manera en que los perros como mascotas afectan a la salud de un niño, y es por eso que realizamos este estudio. En Australia y en el Reino Unido, tener un perro se ha relacionado con un aumento de la actividad física en niños de 5 a 12 años. Un estudio[6] en Australia demostró que tener un perro se relacionaba con menos probabilidades de preobesidad u obesidad en los niños más pequeños. Estos países promueven el pasear y jugar activamente con los perros para tratar de aumentar la actividad física de los niños y evitar la preobesidad y la obesidad. Sin embargo, no se han realizado estos estudios en Estados Unidos, de manera que necesitamos más evidencia que respalde que tener un perro realmente aumenta la actividad física de un niño.
Medscape: Su estudio fue uno de los primeros en analizar, de una manera cuantificable, los efectos de las mascotas, específicamente los perros, sobre la salud mental. ¿Puede resumir la metodología y los hallazgos clave de su estudio?
Dra. Gadomski: Pedimos a los padres de niños de 4 a 10 años que llenaran una evaluación exhaustiva (utilizando un dispositivo de tableta) sobre la salud de sus niños mientras esperaban una consulta del niño sano. Esta incluyó evaluaciones de salud mental y un módulo sobre mascotas, en que se preguntaba en torno al tipo de mascota presente en el hogar. Si la familia tenía un perro, se hacían entonces preguntas más específicas que tenían que ver con el tiempo que el niño ocupaba en actividades físicas con el perro y el grado de apego del niño al perro. Como parte de la consulta del niño sano, recopilamos datos sobre el peso y la estatura del niño, que nos permitía analizar las relaciones entre tener un perro de mascota y el peso corporal del niño.
Estas son sólo herramientas de detección; no nos permiten establecer un diagnóstico formal. El propósito de la evaluación en la atención primaria es identificar a los niños que se pueden beneficiar de una evaluación más detallada. En esta población de atención primaria, utilizamos estas herramientas como un primer paso para identificar trastornos subumbral, asintomáticos o no diagnosticados y abordarlos en una etapa temprana. Ejemplos de este tipo de herramienta son el cuestionario SCARED para los trastornos relacionados con la ansiedad o el Cuestionario de Fortalezas y Dificultades. Cuando aplicamos estas herramientas de detección, podemos analizar el estado de salud mental de los niños que participan en el estudio. Incluimos a 643 niños, de 4 a 10 años (media de edad de unos 6 años) en la población de estudio final.
Nuestros hallazgos clave fueron que tener un perro de mascota en el hogar se relacionaba con menos ansiedad en el niño, según se medía mediante la evaluación SCARED-5 de la ansiedad. En los niños cuya puntuación SCARED superó 3 (el punto en el cual está indicada una mayor investigación diagnóstica de la ansiedad), 12% tenían y 21% no tenían perros como mascota. También descubrimos que los grados más altos de apego del niño al perro, según se determinaron mediante un instrumento diferente ―la Escala de Apego al Animal de Compañía― se relacionaron con más tiempo invertido en actividades físicas con el perro. Esto es plausible; si se tiene más apego al perro, se va a pasar más tiempo jugando con él o paseándolo.
Lamentablemente, no observamos una relación entre el peso del niño (índice de masa corporal) y tener un perro de mascota, a diferencia del estudio[6] realizado en Australia, el cual reveló una relación con los perros mascota y el peso corporal.
Perros en comparación con otras mascotas
Medscape: Su estudio se enfocó en los perros como mascota. ¿Por qué los perros y no otras clases de animales?
Dra. Gadomski: Los perros son las mascotas más comunes en este campo, por lo que es mucho más fácil alcanzar el tamaño de la muestra que necesitábamos. Una gran cantidad de literatura respalda el hecho de que los perros están más sintonizados con las señales sociales humanas que otras especies, lo cual tiene más probabilidades de ayudar a la salud emocional y mental del niño. En algunos estudios se señala que los perros son más empáticos con los seres humanos que otros animales. Esta es la primera impresión de este estudio. Podría haber formas de interactuar con gatos y otras mascotas que logren lo mismo.
Gail Melson tenía una cita agradable en torno a esto: "Los perros que han compartido un entorno común con los seres humanos durante al menos 10.000 años, están muy sintonizados con las señales sociales y emociones humanas".[7] Hemos domesticado a estos animales, y pueden interpretar y comprender nuestras expresiones, nuestras actividades y nuestro lenguaje. Esa clase de interacción es más accesible que, digamos, un pez dorado en un acuario o una chinchilla que corra por la casa. Simplemente es más congruente.
Medscape: ¿Y qué hay de las interacciones animales en niños más pequeños o mayores, en niñas por contraposición a niños o niños con retraso del desarrollo frente a niños sin tales retrasos? ¿Existen poblaciones especiales que puedan beneficiarse específicamente de tener una mascota?
Dra. Gadomski: No creo que podamos afirmar esto todavía. Algunos investigadores han utilizado el AAT por mucho tiempo para estudiar trastornos específicos, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el autismo u otros trastornos convulsivos (en los cuales el perro puede percibir que el niño va a tener una convulsión).[8,9,10] Muchos estudios a pequeña escala muestran efectos positivos de los perros utilizados para terapia aun por periodos breves. Nuestro estudio fue diferente por cuanto analizamos a niños esencialmente sanos para que vieran si hay alguna oportunidad para la prevención con las mascotas. La diferenciación que tenemos que hacer es el tratamiento con un perro de terapia frente a la prevención con un animal o mascota de compañía. No podemos dar respuesta a esta interrogante, en virtud de que no estudiamos específicamente subgrupos clínicos de niños con trastornos crónicos. Sé que hay mucha bibliografía sobre la AAT con niños que tienen diversos trastornos de la salud. Esta información bibliográfica está allí. No puedo comentar desde la perspectiva de nuestro estudio.
Las desventajas de tener una mascota
Medscape: ¿Cuáles son los aspectos negativos de tener una mascota ―lesiones, infecciones, reacciones de duelo después de la pérdida inevitable de una mascota―? ¿Hay algunos trastornos que debieran excluir el tener una mascota, por ejemplo, asma o fibrosis quística? ¿Hay niños en quienes los efectos negativos pudieran contrarrestar cualquier ventaja de tener una mascota?
Dra. Gadomski: Una mascota no es ideal para niños con alergias específicas a la caspa de perro o de gato. Sin embargo, otra desventaja son las mordeduras de animales. Toda persona que ha atendido mordeduras de perro sabe que pueden ser muy graves. Los niños son mordidos principalmente por perros con los que están familiarizados. Esto nos habla de la necesidad de que los padres sean propietarios responsables del perro y de que vigilen estrictamente a los niños pequeños cuando están alrededor de los perros, sobre todo cuando los perros están comiendo o en una posición amenazada. Enseñar a los niños cómo interpretar los signos de que el perro está irritado o cómo acercarse a los perros sin riesgo es muy importante, lo mismo que evitar a los perros con alto riesgo, que están encadenados en un patio. Se dispone de programas diferentes, como un video de YouTube patrocinado por la American Veterinary Medical Association, que enseñan a los niños cómo interpretar los signos que pueda estar emitiendo un perro. Mostrar el video en una clínica o en una sala de espera sería ideal. El método para evitar las mordeduras de perro es increíblemente importante, así como analizar las ventajas de tener un perro como mascota. El otro aspecto es el costo de cuidar a un perro y de pagar por sus alimentos y atención del veterinario.
Se ha publicado una gran cantidad de información sobre cuáles infecciones los perros podrían transmitir a los seres humanos,[11,12] y lo que es interesante es que es aplicable en la dirección opuesta. Si un niño o un miembro de la familia tiene Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, a menudo no es transmitido por el perro a los seres humanos, sino que el perro puede obtener la infección de los seres humanos.[13] Datos de estudios realizados en Finlandia y de otros estudios europeos demuestran que la exposición de los lactantes a los perros a una corta edad reduce el riesgo de infecciones y alergias en estos niños.[14,15] No está claro si esto es mediado por el microbioma del perro o si el perro sale y trae consigo alérgenos del ambiente al niño, quien luego tiene las respuestas alérgicas pertinentes, que de alguna manera modulan las reacciones alérgicas del niño.
Medscape: ¿Tiene algún otro consejo para las familias, sobre todo para aquellas con lactantes muy pequeños y niños, que les gustaría tener una mascota en el hogar?
Dra. Gadomski: Dada la índole transversal de este estudio, los resultados realmente no se pueden traducir en una recomendación de que los padres debieran poner cachorros bajo el árbol de Navidad para tratar la ansiedad de sus niños. Aun cuando el CDC está promoviendo a los perros como mascotas para mejorar la salud física y mental de los adultos, creo que necesitamos un poco más de evidencia de una serie de campos para poder comprender las ventajas y las desventajas de promover tener mascota para mejorar la salud del niño. Las direcciones de donde pueden provenir estas recomendaciones son muy variadas ahora y comprenden la prevención del asma y de las alergias, tal vez un efecto sobre el microbioma, la salud mental y la prevención de la obesidad infantil. Necesitamos más estudios sobre esto con una recomendación aceptable o serie de directrices.
Sería prematuro hacer una recomendación específica ahora mismo, de ir a conseguir un perro como mascota para que interactúe con su niño a fin de que sea menos ansioso. Lo mismo es aplicable a la adquisición de un perro para promover un juego activo como un medio para promover la actividad física en los niños, ya que esto todavía no se ha demostrado. Un perro no va a ser una solución mágica para estas cosas, pero eso no significa que no podamos analizarlo un poco más de cerca y comprender las ventajas.
Citar este artículo: ¿Es un perro el mejor amigo de un niño ansioso? - Medscape - 28 de enero de 2016.
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